miércoles, 22 de abril de 2015

SAN JORGE


Llamado "el gran martir", San Jorge es venerado desde el siglo IV.

Cuenta la leyenda que, la ciudad de Silca (en la provincia de Libia). vivía aterrorizada por un gran dragón que asustaba a todos y causaba daños entre la población y los animales. Los habitantes entregaban periódicamente una yunta de animales. Así corrían los días, los meses, hasta que un día se acabaron todos los animales de la región, por lo que los habitantes del pueblo acordaron dar al dragón una persona en sacrificio y para ello, todos los días, se realizaba un sorteo en el que salía elegida la persona que debía ser entregada al dragón.

Poco a poco se fue despoblando Silca, hasta que el azar escogió a la hija del rey. Cuando la princesa estaba a punto de ser devorada por el dragón, el santo, montado en su caballo, clavó su lanza en el dragón. De la sangre que derramó el dragón nació un hermoso rosal que Jorge entregó a la princesa después de haber ganado la batalla.

Al principio, cuenta la leyenda, San Jorge ocultó su religión hasta que un tiempo después decidió hacer pública su condición de cristiano. Cuando el emperador conoció este dato, no dudó muy enfadado, ordenar torturar y ejecutar al joven. Muriendo así el 23 de abril del 303.

En Aragón, la devoción a San Jorge, presentado como el ideal de caballero cristiano, adquirió especial relieve a partir del siglo XII, gracias a las órdenes militares, a los relatos de los cruzados y, sobre todo, a la casa real aragonesa. Su figura se relacionó con la batalla de Alcoraz (Huesca) de 1096, en la que habría ayudado montado a caballo al ejército del rey Pedro I.

En 1201, Pedro II fundó la orden militar de San Jorge de Alfama en un castillo cercano a Tortosa y Jaime I apoyó la fundación de cofradías bajo la misma advocación, como las erigidas en Huesca y Teruel en la primera mitad del siglo XIII.

Aunque no se dio una disposición canónica al respecto, puede afirmarse que San Jorge ha sido formalmente patrono de Aragón desde la Edad Media. La catedral y el concejo de Huesca, desde principios del siglo XV, por lo menos, vienen celebrando su fiesta con solemnidad litúrgica y procesión a la ermita del santo, en el Pueyo de Sancho.